Nivel 1 de Reiki Usui (Shoden): Sanación personal desde la energía universal
Reiki es un sistema de sanación energética de origen japonés que utiliza la imposición de manos para canalizar la energía vital. Fue desarrollado por Mikao Usui a principios del siglo XX con el fin de promover el equilibrio y bienestar del practicante. El Nivel 1 de Reiki Usui tradicinal, también conocido como Shoden (que en japonés significa “enseñanza inicial”), es el primer curso o etapa de formación. En este nivel el alumno recibe la energía Reiki y aprende a manejarla principalmente para sí mismo. Según los manuales tradicionales, “durante el curso de Shoden (nivel uno) se trabajan las bases sobre las que se asienta el Reiki, se realiza Reiju (iniciación) y se estudian los principios espirituales del Reiki (Gokai); además, se practica meditación, autotratamiento y tratamiento a otro sujeto”. En otras palabras, es la fase básica e introductoria en la que el nuevo reikista se conecta con la energía universal y aprende las herramientas esenciales para su auto-sanación física, mental y emocional.
En este artículo exploraremos en detalle el propósito del Nivel 1 de Reiki Usui y todo lo que engloba: qué es exactamente, cuáles son sus objetivos, qué se aprende, cómo funciona la iniciación (sintonización), qué cambios suele experimentar el practicante, las prácticas recomendadas y los beneficios cotidianos. El tono será claro y amigable, incluso con un toque de humor respetuoso, para acompañar al lector curioso (e incluso algo escéptico) en su descubrimiento de esta técnica energética. Nuestro foco estará en sanar al sanador: es decir, en cómo el Reiki Nivel 1 ayuda primero y sobre todo a equilibrar al propio practicante. Se trata de una guía complementaria pensada para responder todas las dudas básicas sobre Shoden, optimizada con términos como “Reiki Usui Nivel 1”, “Shoden”, “sanación Reiki”, “imposición de manos”, etc., de modo que sea fácil de encontrar en la web.
¿Qué es el Nivel 1 de Reiki Usui (Shoden)?
El Nivel 1 de Reiki Usui, o Shoden, es la etapa inicial de aprendizaje en el sistema Reiki. Mientras que Reiki en general es “un sistema de sanación energética… que utiliza la imposición de manos para canalizar la energía universal”, en el Nivel 1 el énfasis está en la introducción de esa energía al propio practicante. Se dice que en esta iniciación el alumno recibe la Rei-ju (“transmisión de energía”) necesaria para abrir sus canales energéticos y poder trabajar con Reiki. En palabras de un manual didáctico, el primer nivel es la base del aprendizaje: “en esta etapa, el estudiante recibe iniciaciones o sintonizaciones que le permiten abrir los canales energéticos para transmitir la energía Reiki”.
En la práctica, Shoden significa aprender las nociones fundamentales: qué es Reiki, cómo fluye la energía vital (el ki) por nuestro cuerpo y cómo usar las manos para sanarse. Se estudian las raíces históricas y filosóficas de Reiki, se aprenden los cinco principios (Gokai) que Miyako Usui compartió (por ejemplo: “Sólo por hoy, no te enojes; sólo por hoy, no te preocupes…”) y, sobre todo, se realiza la iniciación o sintonización (Rei-ju). Tras esa ceremonia, el practicante se conecta con la fuente Reiki. De forma muy gráfica, se puede decir que es como recibir una “batería espiritual” que pone en marcha nuestro poder de sanación interior.
En resumen, el Nivel 1 es el curso de inicio o formación básica: allí el alumno atraviesa un ritual de conexión (sintonización) y aprende a canalizar Reiki sobre sí mismo. Se enfoca en plantar los cimientos de la práctica, de modo que al terminar el estudiante pueda darse Reiki a sí mismo de manera intuitiva y segura. Shoden es justamente eso: la “enseñanza inicial” para que comencemos el camino del Reiki desde cero, centrándonos primero en nosotros mismos.
Objetivos del Nivel 1: enfoque en el sanador y su equilibrio integral
El objetivo principal del Nivel 1 de Reiki Usui es activar la capacidad curativa del propio practicante y promover su bienestar integral (físico, mental, emocional y espiritual). En lugar de enfocarse inicialmente en curar a los demás, Shoden pone en primer plano la autosanarción. Se trata de que el sanador aprenda a equilibrar sus propios niveles de energía, de modo que luego pueda transmitir Reiki de forma más limpia.
Entre los propósitos específicos de este primer nivel destacan:
- Canalizar la energía universal. Aprender a sintonizarse con la energía Reiki para que fluya a través del propio cuerpo. Uno de los objetivos de Shoden es justamente “aprender a canalizar la energía universal”. Esto significa despertar la sensibilidad energética y hacer que la energía pueda moverse libremente por nuestros canales (chakras y meridianos), equilibrando los bloqueos internos.
- Conocer las posiciones de manos. Saber cómo colocar las palmas sobre las distintas partes del cuerpo (propio o ajeno) es esencial. En Reiki nivel 1 se enseñan todas las posiciones de las manos básicas, tanto para el autotratamiento como para tratar a otras personas o incluso animales y plantas. El manual oficial indica que en Shoden se practica el autotratamiento y también el tratamiento a otro sujeto. Esto implica memorizar varios puntos clave (cabeza, hombros, abdomen, espalda, etc.) desde donde Reiki puede actuar.
- Aprender el autotratamiento. El principal objetivo es autosanarse: el alumno aprende un protocolo de autotratamiento detallado. Esto incluye prepararse en un lugar tranquilo, relajarse y conectar con el Reiki, pasar las manos lentamente por todas las zonas del cuerpo y terminar con un cierre de la sesión (por ejemplo, agradeciendo y “enraizando” la energía). Este hábito de darse Reiki diariamente es vital, pues refuerza el aprendizaje y mantiene activo el canal energético.
- Estudiar los principios del Reiki (Gokai). Shoden incorpora la enseñanza de los cinco principios de Reiki para brindar un marco ético-espiritual. Practicar estos preceptos (por ejemplo, “Sólo por hoy, no te preocupes”, “sé compasivo”, etc.) ayuda al practicante a mantener una actitud positiva y equilibrada. Según lo enseñado, el curso se enfoca en “los principios espirituales del Reiki (Gokai)”, los cuales deben ser recitados o meditados a diario para cultivar una mente serena y un corazón abierto.
- Conocimiento de chakras y energía. El practicante recibe nociones básicas sobre los chakras (centros energéticos) y aprende a percibir el flujo de ki. Aunque no se profundiza exhaustivamente en anatomía sutil, se introduce cómo el Reiki influye en cada centro y cómo identificar posibles desequilibrios energéticos (a veces llamados byōsen).
En síntesis, Shoden busca que el sanador se centre en sí mismo. En lugar de “salvar al mundo”, el objetivo aquí es conseguir un estado de armonía interior. De hecho, se considera que una persona bien equilibrada en Reiki puede ofrecer luego más efectivamente la sanación a otros. Un texto especializado señala que el Reiki “estimula la capacidad de comprensión, la claridad y la empatía; y desarrolla la autoconciencia, el autocontrol y la autoestima”. Asimismo, entre los practicantes habituales es notorio el efecto relajante y reductores del estrés: “el Reiki relaja y tranquiliza” a quien lo practica. De hecho, uno de los principales resultados de completar Shoden es mayor equilibrio emocional y serenidad mental, como se resume en otros textos: el alumno “logrará mayor equilibrio emocional y relajación… y mejorará su bienestar físico, reduciendo el estrés y la ansiedad”.
En conclusión, los objetivos del Nivel 1 son Por supuesto fundamentalmente internos: activar el canal energético propio, aprender las técnicas básicas (como la imposición de manos y la autoaplicación) y sentar las bases filosóficas del Reiki. Con esto se procura que el practicante alcance un equilibrio integral: que su cuerpo, mente y emociones se armonicen a través de la energía universal, sentando así un punto de partida sólido para avanzar en niveles posteriores.
¿Qué se aprende en el Nivel 1? Técnicas básicas y fundamentos
Al terminar el curso Shoden, el alumno habrá adquirido una serie de conocimientos prácticos y conceptuales esenciales. A grandes rasgos, en el Nivel 1 se aprenden:
Imposición de manos (técnica de canalización)
Se enseña cómo colocar las palmas en distintos puntos del cuerpo para canalizar Reiki. Esto incluye la posición de las manos sobre la cabeza, pecho, abdomen, espalda, extremidades, etc. De manera guiada, el practicante conoce “las posiciones de las manos para la autoaplicación y el tratamiento a otros”. Por ejemplo, aprenderá que mantener las manos juntas sobre el centro del pecho (posición Gasshô) o sobre la frente es muy útil para activar el flujo energético.
Autotratamiento completo
El alumno aprende un protocolo de autotratamiento, es decir, la secuencia para darse Reiki a sí mismo. Este protocolo suele constar de varios pasos: encontrar un lugar tranquilo, relajarse y centrar la mente, aplicar las manos en las posiciones establecidas por varios minutos, y finalmente cerrar la sesión con algún gesto de agradecimiento o una breve meditación. En palabras de la práctica tradicional: “el proceso incluye: 1. Preparación en un espacio tranquilo; 2. Relajación y conexión con la energía Reiki; 3. Aplicación de las manos en diferentes posiciones del cuerpo; 4. Cierre con agradecimiento y enraizamiento de la energía”. Dominar esta rutina es crucial: con ello, el practicante podrá auto-aplicarse Reiki diariamente, con lo que se potenciará su propia sanación física y emocional.
Imagen: Terapia de Reiki en acción – el sanador coloca sus manos sobre diferentes zonas del cuerpo. Esta técnica de imposición de manos es la base del Nivel 1. En Reiki Nivel 1 se practica mucho la imposición de manos. Por ejemplo, el estudiante sigue la enseñanza de colocar las manos en la cabeza, hombros, pecho, abdomen y pies, de forma estática o desplazándose lentamente, para sentir cómo fluye la energía. El curso incluye demostraciones y ejercicios en parejas (practicante con otro alumno) de esta técnica. También se introducen variaciones sencillas, como la posición Gasshô (manos juntas al centro del pecho) para reconectar con la energía antes de cada sesión.
Principios del Reiki (Gokai)
El nivel inicial incluye la introducción a los cinco principios éticos y meditativos del Reiki, que sirven de soporte espiritual. El alumno aprende que estos principios (por ejemplo, “Sólo por hoy, no te enojes”, “Sólo por hoy, sé agradecido…”) deben recitarse o meditarse a diario para purificar la mente y el corazón. Según la tradición, Usui Sensei enfatizaba la importancia de “practicar meditación Gasshô cada mañana y cada noche, recitando en voz alta los Gokai”. Aunque el estudio de estos preceptos no es “técnico”, ofrece un camino de actitud positiva que acompaña al practicante en su vida cotidiana y en su práctica Reiki.
Percepción energética (Byôsen)
Se enseñan ejercicios básicos para aprender a notar la energía sutil. Por ejemplo, el alumno puede practicar pasar lentamente las manos por su cuerpo o cerca del cuerpo ajeno para detectar sensaciones (calor, frío, cosquilleos, magnetismo) que indican el flujo de energía. Si bien esto se refina en niveles superiores, en Shoden ya se aprende a reconocer las “sensaciones en las manos cuando se aplica Reiki”, lo que ayuda a dirigir la sesión.
Fundamentos de anatomía sutil
Aunque no de forma muy profunda, se repasan los conceptos de chakras principales (centros energéticos) y su relación con aspectos físicos y emocionales. El alumno recibe una noción de los siete chakras principales y se sugiere cómo aplicar Reiki a cada uno para armonizarlos.
Meditación Gasshô
Se introduce la práctica de meditar con las manos juntas al frente del pecho (posición Gasshô). Durante el curso se habla de su simbolismo (unir lo “luminoso y lo oscuro” dentro de uno mismo) y se practica su técnica básica. Aunque la meditación Gasshô se utilizará con mayor profundidad más adelante, en Shoden el alumno aprende la postura básica y a usarla unos minutos antes del autotratamiento, tal como recomienda Usui: “es recomendable meditar unos minutos antes de los tratamientos y del autotratamiento, de esta forma la mente estará más calmada y el cuerpo más relajado”.
En definitiva, el Nivel 1 de Reiki se enfoca en enseñar al alumno técnicas concretas y principios básicos. Desde cómo aplicar físicamente las manos hasta cómo sentarse a meditar, todo está orientado a despertar la capacidad del practicante para sanarse a sí mismo. Al finalizar Shoden, el estudiante debe sentir que ya cuenta con las herramientas fundamentales: conoce sus manos como canal sanador, puede darse Reiki diario, y ha interiorizado el marco filosófico para acompañar su práctica.
La iniciación o sintonización: qué es y cómo transforma al practicante
Uno de los momentos más significativos del Nivel 1 es la sintonización (también llamada iniciación o Rei-ju). Se trata de un ritual en el cual el maestro de Reiki realiza una serie de pasos sobre el alumno para abrir o “activar” sus canales energéticos. En términos prácticos, es la ceremonia que conecta definitivamente al estudiante con la energía universal de Reiki.
Según las descripciones clásicas, “una sintonización es un protocolo o ritual mediante el cual un Maestro/a de Reiki realiza diversos pasos sobre el cuerpo y el campo energético del alumno para que, desde ese momento, pueda usar la energía Reiki”. En otras palabras, durante este proceso el instructor coloca simbólicamente sus manos en diferentes posiciones sobre el alumno (por ejemplo, cabeza, hombros, plexo solar) y, al mismo tiempo, realiza visualizaciones y uso de símbolos sagrados. El objetivo es “conectar al alumno a la energía Reiki, abrir el canal de Reiki y activar la capacidad de canalizar Reiki”.
Imagen: Maestro de Reiki impartiendo la sintonización a un alumno, abriendo su canal energético. La persona recostada recibe la ceremonia de iniciación (imagen ilustrativa).
Tras la sintonización, el canal energético del practicante queda “abierto” como si hubiera recibido una actualización interna. Algunos autores dicen que Reiju significa literalmente “dar Alma”, lo cual sugiere que se le “imparte” una parte de la energía espiritual. El maestro actúa como un facilitador: él es quien inserta la llave energética para que el alumno empiece a sentir y transmitir Reiki por sí mismo.
¿Cómo transforma esto al practicante? En términos generales, la sintonización funciona como una especie de limpieza o puesta a punto energética profunda. Una fuente especializada describe una buena sintonización como “una verdadera ‘puesta a punto’ de la estructura energética de la persona, una limpieza y purificación altamente eficaz”. En la práctica, se dice que tras la ceremonia el alumno siente una elevación de su energía vital, una sensación de mayor pureza en su campo energético y mayor facilidad para canalizar. Se considera que los chakras se equilibran y el canal central (la línea energética que recorre verticalmente el cuerpo) se expande.
En términos de efectos inmediatos, muchas personas experimentan sensaciones muy positivas. Por ejemplo, se ha reportado que “la persona que recibe un Reiju bien hecho experimenta desde el primer instante sensaciones de alegría, armonía, equilibrio, paz interior y relajación mental, emocional y física”. Es común sentir un calor agradable en las manos, cosquilleos recorriendo el cuerpo o una oleada de bienestar. Con un poco de humor podríamos decir que es como “enchufarse a la corriente universal”: de pronto el canal está abierto y uno siente la energía fluyendo con naturalidad.
Al mismo tiempo, la sintonización marca el inicio de un proceso de transformación interna a largo plazo. Actúa como un disparador que potencia el trabajo personal. A nivel espiritual, muchos hablan de una renovada claridad: sienten mayor sensibilidad frente a su entorno, una intuición sutil más activa y más consciencia de sus emociones profundas. Físicamente puede notarse más energía vital (menor cansancio), mejor sueño o cambios en el apetito mientras el cuerpo se adapta a la nueva dinámica energética.
Finalmente, es importante subrayar que los efectos dependen de cada individuo: algunos notan cambios de inmediato, mientras otros lo perciben con el tiempo. Lo cierto es que la sintonización posibilita que el Reiki comience a ejercer sus efectos curativos de forma permanente. A partir de ese momento, con la práctica constante, el alumno podrá “potenciar este nuevo estado de bienestar físico, mental-emocional y energético” gracias al entrenamiento diario.
Cambios comunes tras la sintonización: efectos físicos, mentales y emocionales
Después de recibir la iniciación de Reiki, es normal experimentar una serie de reacciones o “efectos secundarios” mientras el cuerpo y la mente se ajustan a la nueva energía. Estos cambios pueden manifestarse tanto a nivel físico como mental/emocional. En general, son parte del proceso de limpieza y sanación interna. A veces se les llama “crisis de sanación”, pero más que una crisis es un síntoma de que el Reiki está removiendo bloqueos energéticos.
Síntomas físicos
Muchos practicantes sienten una relajación profunda inmediatamente después. Algunos se quedan con ganas de dormir o incluso toman una larga siesta. Otros notan cambios de temperatura repentina: calor o frío localizado en manos, pies o cabeza. En algunos casos aparecen dolores de cabeza leves, mareos o “sensaciones de resaca” como cuando el cuerpo está procesando toxinas. No es raro que varíe el apetito (aumento de hambre o pérdida momentánea de apetito) y la necesidad de ir más al baño, ya que el organismo elimina desechos. Una persona descreída puede compararlo con los síntomas de una gripe leve: náuseas pasajeras, cansancio generalizado o músculo-dolor. De hecho, en la práctica del Reiki se ha documentado que, al liberar toxinas, se pueden experimentar “síntomas similares a la gripe, fiebre, dolor de cabeza, angina (garganta), tos, dolor en articulaciones y músculos, sensaciones de cosquilleo, náuseas, constipación y diarrea”. Todo esto suele ser temporal. En realidad, se interpreta que el Reiki está limpiando el sistema físico de bloqueos: son reacciones pasajeras al incremento de energía que circula por el cuerpo.
Efectos emocionales
A nivel sentimental o psicológico pueden ocurrir varias cosas. Algunas personas liberan emociones ocultas: por ejemplo, es frecuente llorar sin motivo aparente, o sentir arrebatos de gratitud, alegría o incluso euforia. En contrapartida, también pueden surgir sensaciones incómodas: nerviosismo, tristeza, ansiedad o recuerdos dolorosos. Lo que ocurre es que el Reiki puede aflorar emociones reprimidas para sanarlas. Como explica uno de los textos de referencia: “Las emociones profundamente contenidas… como el dolor, el miedo, la depresión, tristeza, ira y frustración pueden surgir sin razón obvia”. Quizá reaparezca temporalmente una vieja tristeza o enojo, pero esto se ve como la forma natural de procesar y liberar esa energía. Este vaivén emocional suele pasar con unos días de distancia, dejando al practicante más ligero y sereno.
Balance mental y espiritual
Curiosamente, algunos reportan un rápido cambio en el estado mental. Es posible sentirse por momentos “desconectado” o distraído, al mismo tiempo que se recibe mayor claridad introspectiva. En ocasiones aparecen ideas inspiradoras sobre la vida o sobre la práctica misma. Muchas personas notan que su mente se vuelve más calmada y optimista con el tiempo. En general, los efectos negativos (dolores leves, emociones fuertes) se consideran señales de sanación en curso, no algo malo. Por ejemplo, un artículo especializado señala que aunque pueden verse “viejos síntomas” de largo plazo, esto es parte natural de la limpieza: “no son síntomas de enfermedad, pueden visualizarse como signos de verdadera sanación en proceso”.
En conjunto, estos cambios son bastante individuales. Algunas personas casi no perciben nada fuera de lo normal, mientras otras sienten un proceso muy intenso en los días siguientes. En cualquier caso, se recomienda descansar y cuidarse tras la iniciación: beber agua, comer ligero si se desea, y permitir al cuerpo dormir si lo pide. Con el tiempo, la mayoría de practicantes coinciden en que estos ajustes iniciales dan paso a un bienestar más estable. En lugar de verlos como señales de alarma, podemos tomarlos con humor: es como si el Reiki “reiniciara” nuestro sistema operativo interno. Cualquiera que sea la experiencia, vale recordar que, como señalan fuentes de Reiki transpersonal, tales “todas las experiencias incómodas que acompañan a la crisis de sanación son comunes y no son de preocupación”. Al final, la balanza se inclina hacia beneficios: menos dolencias, más energía y paz interior a largo plazo.
Prácticas recomendadas: Gasshô, dieta, respiración y más
Para aprovechar al máximo los efectos del Nivel 1 y apoyar la sanación personal, se aconseja incorporar ciertas prácticas diarias complementarias. Aunque no son obligatorias, siguen la tradición del Reiki y ayudan a mantener los canales energéticos alineados. Entre las más recomendadas figuran:
Meditación Gasshô (manos juntas)
Esta es la meditación clásica del Reiki. Se realiza sentándose en postura cómoda, uniendo las palmas frente al pecho y, opcionalmente, recitando los cinco principios. Como enseñó Usui Sensei, conviene practicar cada mañana y cada noche la meditación Gasshô. Esto significa dedicar aunque sea 5 o 10 minutos en estos momentos para centrar la atención y alinear la energía. El mismo manual de Reiki señala que con las manos juntas al frente simbolizamos la aceptación “compasiva de ambos aspectos” (lo luminoso y lo oscuro) dentro de nosotros. Además, durante la Gasshô es primordial “profundizar la respiración para calmar la mente y relajar el cuerpo”. En la práctica diaria, esta meditación ayuda a iniciar el día con calma y a liberarse de tensiones antes de dormir.
Autotratamiento diario
Una de las mejores formas de integración tras Shoden es darse Reiki a uno mismo a diario. Lo ideal es aplicar un autotratamiento completo (como el aprendido en el curso) al menos una vez al día. Muchos practicantes recomiendan hacerlo por la mañana al despertar, y/o por la noche antes de acostarse. Antes de cada sesión personal, puede servir hacer un breve Gasshô o simplemente 2 minutos de respiración profunda. De hecho, los textos tradicionales aconsejan meditar unos minutos antes del autotratamiento para que “la mente esté más calmada y el cuerpo más relajado”. Este hábito sistemático refuerza el aprendizaje del nivel 1: cada sesión personal consolida el canal energético abierto y lleva los beneficios al cuerpo físico.
Dieta equilibrada y estilo de vida saludable
Se recomienda apoyar la energía con buena alimentación. Aunque el Reiki no exige dietas especiales, es común que la gente note preferencia por alimentos más frescos o vegetarianos tras iniciarse. En general se aconseja una dieta sana y variada, rica en frutas, verduras y agua, limitando excesos de cafeína, azúcares o comidas ultraprocesadas. Esto no es un mandato ritual, sino sentido común: un cuerpo ligero y bien nutrido transmite mejor la energía. De hecho, un manual al respecto enfatiza que “una dieta sana, ejercicio físico, descanso adecuado, un entorno social estable y Reiki son una combinación óptima para mantener un estado de buena salud y ser felices”. Por eso, junto con Reiki conviene cuidar el sueño, mover el cuerpo (ejercicio suave) y mantener relaciones armoniosas. Todo ello potencia la sanación.
Respiración consciente
Practicar respiraciones lentas y profundas es muy útil para maximizar Reiki. Por ejemplo, al inicio de una sesión es bueno inhalar contando 4 segundos y exhalar contando otros 4, centrando la atención en el abdomen. Al igual que la meditación, la respiración pausada prepara el cuerpo y la mente. En la técnica Gasshô, justo al comenzar se enfatiza “profundizar la respiración para calmar la mente”. Pero esta respiración consciente puede usarse en cualquier momento del día: antes de un examen, durante estrés laboral o cuando surja una emoción fuerte. En esencia, la respiración te pone en contacto con el momento presente, facilitando que Reiki fluya con mayor nitidez.
Otros apoyos energéticos
Algunas prácticas adicionales recomendadas incluyen el uso de pulseras o cuarzos de Reiki (para recordar al practicante su intención), baños con sal marina o inciensos suaves para limpiar el ambiente, y caminatas conscientes en la naturaleza para arraigarse. Estas ayudas no son esenciales, pero refuerzan la intención: por ejemplo, limpiar la casa antes de practicar Reiki puede hacer el espacio más propicio. De manera sencilla, cualquier ejercicio que añada conciencia y tranquilidad (como estiramientos lentos, yoga suave, afirmaciones positivas) complementa bien el nivel 1.
En resumen, después del Nivel 1 conviene establecer una rutina amorosa hacia uno mismo: meditar Gasshô regularmente, dedicar tiempo al autotratamiento, comer saludable y respirar consciente. Estos hábitos, según la enseñanza tradicional, logran un entrenamiento sistemático: como decía el propio Usui, la constancia es clave (no importa mucho la duración, pero sí practicar día a día). Con estas prácticas, el practicante no solo mantiene “purgados” los canales energéticos, sino que también integra lentamente las enseñanzas de Shoden en su vida diaria.
Beneficios en el día a día del Reiki Nivel 1
Incorporar el Nivel 1 de Reiki a la rutina cotidiana trae una serie de beneficios prácticos que muchos alumnos aprecian rápidamente. Como la sanación comienza internamente, los efectos positivos se extienden al comportamiento, la salud y el estado de ánimo en general. Entre los más señalados están:
- Reducción del estrés y la ansiedad: Varios estudios y testimonios coinciden en que el Reiki ayuda a relajar el sistema nervioso. De hecho, se ha documentado que el Reiki “reduce el estrés y la ansiedad” en quienes lo practican. Con la práctica frecuente de autotratamientos y de meditación Gasshô, el practicante aprende a soltar las tensiones diarias. En la vida real esto se traduce en sentir menos nerviosismo en momentos de presión y recuperar la calma más rápido tras un episodio agitado. Por ejemplo, al recibir Reiki uno tiende a respirar de forma más profunda y consciente, lo cual baja la presión arterial y disminuye las hormonas del estrés.
- Mejoramiento del estado de ánimo: Tras iniciar Reiki, muchas personas notan una actitud más optimista y alegre. El Reiki actúa como un reconector interno: uno suele “ver el vaso medio lleno” con más facilidad. Esto se refleja en frases célebres de Reiki: mejora el ánimo y fomenta el equilibrio emocional. En el día a día se traduce en sentir mayor gratitud por las pequeñas cosas, tener menos altibajos anímicos y recuperar la serenidad en situaciones que antes molestaban. No es raro que alguien practique Reiki Nivel 1 y descubra que, días comunes que antes eran “grises”, ahora parecen llenos de posibilidades.
- Aumento de la energía y la vitalidad: Aunque en Reiki no se habla exactamente de “energizante” en el sentido de un café, sí suele notarse más vigor general. Al liberar bloqueos, el cuerpo puede usar mejor sus recursos internos. Varios alumnos reportan mayor resistencia al cansancio, sensación de “ligereza” en el cuerpo o mayor claridad de mente. Por ejemplo, después de un par de semanas de práctica diaria muchos dicen despertarse con menos esfuerzo y dormir mejor por la noche, dando la impresión de que su “batería interna” aguanta más. Este efecto lo respalda en parte que el Reiki estimula el sistema inmunológico y mejora la salud física a largo plazo.
- Mayor claridad emocional y mental: El Reiki fomenta la consciencia de uno mismo. Con el tiempo, se nota una mejor habilidad para ver las emociones con distancia y para tomar decisiones con más claridad. Algunos practicantes comentan que antes solían evadir discusiones o reaccionar sin pensar, pero tras un tiempo en Reiki logran entenderse mejor y resolver conflictos con serenidad. Esto es consistente con los beneficios descritos: Reiki “aumenta la concentración”, favorece la autoestima y la confianza en uno mismo. En la práctica diaria, significa enfocarse mejor en las tareas del trabajo o estudio, recordar detalles con mayor facilidad y manejar los problemas cotidianos con cabeza fría.
- Equilibrio emocional y empatía: La práctica regular de Reiki suele equilibrar los estados emocionales. Aquellos que practicaban con rabia o tristeza habituales suelen notar que esas sensaciones se diluyen más rápido. Al armonizar la energía, el practicante se siente menos volátil. Además, al ser más consciente de su propio mundo interior, suele desarrollar mayor empatía por los demás. En otras palabras, al sentirse mejor consigo mismo, le resulta más natural ser paciente y comprensivo con quienes le rodean. Esto conecta con el desarrollo de “la sensibilidad energética y el autoconocimiento” que el curso promete.
- Mejor salud física: Si bien Reiki es complementario, muchas veces ayuda en el manejo de dolencias físicas. En el día a día, los practicantes de Nivel 1 notan que ciertas molestias crónicas (como dolores de cabeza, tensión muscular o problemas digestivos leves) tienden a aliviarse con el tiempo. En un estudio sobre Reiki como terapia, se constató que el sistema inmune se refuerza en parte por el efecto calmante del Reiki. Así, es habitual sentir menos sensibilidad al dolor leve y una recuperación más rápida tras pequeñas enfermedades (resfríos, fatigas pasajeras, etc.). En general, se refuerza la idea de que “el Reiki estimula la capacidad curativa natural del cuerpo” y aporta “relajación profunda, estabilidad emocional y mejor autoestima”, todo lo cual contribuye a una mejor salud global.
En conjunto, el nivel 1 de Reiki se traduce en una sensación de bienestar cotidiano. Un practicante comprometido suele describir que, tras la iniciación y la práctica diaria, maneja mejor los problemas, se siente más vital y percibe sus emociones con mayor equilibrio. Si uno está escéptico, un buen resumen práctico es que Reiki no promete milagros instantáneos, pero con constancia puede transformarte en alguien más relajado, con más energía y más claro de mente en su vida diaria. Muchos alumnos coinciden en que el gasto de tiempo dedicado a esta práctica (unos minutos cada día) se recupera con creces en calidad de vida.
¿Qué hacer después del Nivel 1? Recomendaciones para avanzar
Completar el Nivel 1 de Reiki es sólo el comienzo del camino. A continuación, algunas pautas para seguir avanzando después de Shoden:
- Mantener la práctica diaria: Lo primero es no perder el hábito. Seguir dándose sesiones de Reiki regularmente (por ejemplo, al levantarse y al dormir) refuerza lo aprendido y afianza el canal energético. Como mencionamos, muchos maestros recomiendan hacer un “minuto Gasshô” cada mañana y noche, así como aplicar el autotratamiento en esos momentos clave. Incluso si la vida está ocupada, con solo 10 minutos diarios de Reiki (y meditación breve) se asegura que la energía se siga moviendo libremente. Un buen consejo es tratar cada día como una oportunidad de aprendizaje: observar cualquier pequeño cambio en el cuerpo o ánimo y usarlo como guía.
- Integración de 21 días: Tradicionalmente se habla de un periodo de 21 días tras la iniciación en el que la energía se «asienta». Durante estas tres semanas se alienta al practicante a hacer Reiki todos los días sin falta para integrar la sintonización. No es una regla rígida (cada persona es distinta), pero muchos sigan esta recomendación inicial. La idea es acostumbrarse a vivir con Reiki activo en tu día a día, casi como si fuera un “nuevo miembro de la familia”.
- Profundizar en los principios y la filosofía: Una vez aprendido lo básico, conviene repasar los cinco principios del Reiki (Gokai) con más consciencia. Leer sobre la historia de Usui, su vida y los fundamentos budistas/taoístas detrás de Reiki puede brindar un contexto enriquecedor. También es útil compartir experiencias con otros estudiantes o participar en grupos de práctica. Aprender de relatos ajenos (por ejemplo, las sensaciones que sintieron tras la sintonización) ayuda a normalizar el propio proceso.
- Preparación para el siguiente nivel: El curso de Nivel 2 (Okuden) suele ofrecerse a quienes sienten que han integrado bien Shoden. En ese nivel se enseña Reiki a distancia (tratamientos sin proximidad física), nuevos símbolos sagrados y técnicas avanzadas. Si el practicante siente curiosidad y compromiso, puede buscar un maestro calificado y ya iría “calentando motor” repasando lo aprendido y practicando los síntomas y la respiración. En la espera, es recomendable llevar un diario de Reiki: anotar brevemente después de cada sesión (minutos practicados, sensaciones, cambios), de modo que cuando llegue el momento del segundo nivel se tenga claro qué se vivió con Shoden.
- Comunidad y formación continua: Aunque Reiki es una técnica personal, hacerla en comunidad aporta mucho. Asistir a círculos de Reiki, encuentros, retiros o incluso foros en línea (moderados) permite plantear dudas y aprender trucos sencillos (como cómo usar mejor los símbolos, cuando toque). Asimismo, hay seminarios de auto-sanación en Reiki (Reiki 1.1, por ejemplo) que repiten la sintonización o introducen prácticas energéticas adicionales. Participar en ellos puede fortalecer la conexión al Reiki.
- Actitud de servicio y humildad: Finalmente, se sugiere cultivar la actitud adecuada: Reiki Nivel 1 suele enseñarse sin posturas mágicas ni grandilocuencia. En el día a día, esto significa no obsesionarse con “poderes”, sino seguir practicando con sencillez y gratitud. Un punto irónico pero real: aunque al principio puedas sentir gran convicción, es bueno mantener los pies en la tierra. Lo importante es la constancia y la sinceridad con uno mismo.
En resumen, después de Shoden lo ideal es no apresurarse a esquivar pasos, sino afianzar los cimientos. Seguir prácticas diarias (como el Gasshô matinal mencionado por Usui), cuidar el cuerpo y la mente como explicamos, y abrirse poco a poco a los aprendizajes sucesivos. Con el tiempo, llegará el momento de avanzar al siguiente nivel de Reiki Usui (cuando lo recomiende el maestro), momento en que se profundizará en técnicas a distancia y símbolos curativos. Pero antes de eso, cada practicante debe sentirse cómodo con lo que ya tiene: una “herramienta interior” poderosa para sanar el propio cuerpo, calmar la mente y enriquecer el espíritu.
En este recorrido de Nivel 1, lo esencial es confiar en el proceso: la sanación es un camino lento pero profundo. Y, al final del día, tanto si eres escéptico como si eres creyente, puedes comprobar que hasta pequeños cambios en tus hábitos (un minuto de paz, una respiración profunda, una mano extendida sobre tu corazón) pueden marcar una gran diferencia en cómo te sientes. Reiki Nivel 1 te regala esas herramientas con cariño, para que te transformes desde dentro hacia afuera.
Fuentes y referencias: la información anterior se basa en manuales especializados de Reiki y artículos de salud que describen el Nivel 1 de forma oficial. Los efectos físicos y emocionales se han contrastado con reportes clínicos y prácticas tradicionales del Reiki. Cada cita directa se indica con referencias numéricas de los textos originales.
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