Segundo Principio del Reiki: “Solo por hoy, no te preocupes” (Shinpai Suna)
El Reiki no es sólo una técnica de sanación energética, sino una filosofía de vida. Su fundador, el maestro japonés Mikao Usui (1865–1926), legó cinco principios o preceptos espirituales llamados Gokai que guían la práctica diaria del Reiki y del bienestar integral. Estos principios fueron descritos en los manuscritos originales de Usui como “el antiguo método para conseguir la felicidad” y “la medicina para todas las enfermedades del cuerpo y del alma”. Cada día, al recitarlos en voz alta o en silencio, los practicantes de Reiki toman conciencia de estas pautas sencillas pero poderosas. En este artículo nos enfocaremos en el segundo de dichos principios: “Solo por hoy, no te preocupes”, conocido en japonés como Kyo dake wa, Shinpai suna. Exploraremos su significado profundo, su origen y contexto en el Reiki, y cómo aplicarlo en la vida cotidiana para transformar el estrés y la ansiedad en paz y confianza interior. Además, veremos su relación con la energía vital, chakras, y disciplinas afines como la meditación, el yoga y la ley de la atracción. A lo largo del texto encontrarás explicaciones claras, ejemplos prácticos, ejercicios y meditaciones recomendadas, así como referencias históricas y espirituales que enriquecen este precepto.
Reiki y los Cinco Principios (Gokai)
Antes de adentrarnos en el principio “No te preocupes”, conviene entender el marco general de los Gokai. Según la tradición, Mikao Usui transmitió estos cinco preceptos a sus estudiantes como parte de su «método de sanación». Los cinco principios del Reiki son enunciados breves que comienzan con la frase “Solo por hoy…”, enfatizando la importancia del momento presente. Por ejemplo, el manuscrito original menciona:
- “Sólo por hoy, dejo de enfadarme…”
- “Sólo por hoy, dejo de preocuparme…”
- “Sólo por hoy, soy agradecido…”
Estos enunciados constituyen una disciplina diaria para purificar la mente y el espíritu. Usui animaba a los practicantes a sentarse cada mañana y cada noche en posición de rezo (gassho), juntar las manos y repetir estas palabras en el corazón, como un ejercicio de introspección y alineación espiritual. Vivir de acuerdo con estos principios fue descrito por sus seguidores como “el remedio misterioso para todas las enfermedades y el secreto para vivir con dicha”. En pocas palabras, son pautas de conducta que apuntan a sanar primero el alma (y la mente) para que el cuerpo pueda sanar más plenamente, según enseñó Usui.
El prefijo “Solo por hoy” (Kyō dake wa) es esencial: indica que basta enfocarse en el presente, sin cargar el espíritu con pasados que ya fueron ni futuros que aún no han llegado. De hecho, las propias enseñanzas del Reiki invitan a “explorar lo que sucede únicamente en el momento presente, es decir, el hoy y el ahora”. Este énfasis en el ahora nos recuerda que al vivir plenamente cada día podemos soltar la preocupación innecesaria. La idea es que, al soltarse de las cargas mentales – ira, miedo, ansiedad – el practicante se reconecta con su energía vital interna y alcanza un estado de equilibrio. Como señala un artículo sobre los principios del Reiki: “estas pautas se centran en explorar lo que sucede únicamente desde el momento presente, dejando atrás las experiencias del pasado y evitando preocuparse en exceso por el futuro”.
Así, cada principio comienza con esa limitación temporal: “solo por hoy” (kyo dake wa), que nos libera de la preocupación por mañana. En la práctica, esto significa atender a un día a la vez. La filosofía Reiki enseña que debemos concentrar nuestros esfuerzos en el presente – en las acciones y pensamientos de hoy – sin agobiarnos por lo que ocurra después. Como aconseja el Instituto Valenciano de Terapias Naturales: “‘Solo por hoy’ no forma parte de los Cinco Principios, pero los precede y amplifica. Nos recuerda que debemos tener en cuenta el momento presente, centrarnos en lo que estamos haciendo y soltar pasado y futuro”. Con esta mentalidad, el segundo principio, “no te preocupes”, cobra vida: se trata de una invitación a no agotar nuestra energía mental con fantasmas del futuro, sino a confiar en que, ocurra lo que ocurra, podemos actuar con nuestra mejor intención y aceptar el resultado.
Origen e Historia del Principio “Shinpai Suna”
El precepto “Solo por hoy, no te preocupes” proviene directamente de los manuscritos de Mikao Usui. En su escritura original – redistribuida por sus primeros seguidores – aparece como “Kyo dake wa, Shinpai suna”. En traducción literal, shinpai significa “preocupación” o “inquietud”, y suna es la forma imperativa de “no hacer”. Por ello se suele traducir como “no te preocupes” o “no te inquietes”. Sin embargo, la versión española tradicional en los textos de Reiki a menudo aparece como “Solo por hoy, dejo de preocuparme”. Aunque en español cambia la persona (yo me preocupo), el mensaje es el mismo: se trata de renunciar a la actitud mental de preocupación en cada momento.
Desde el punto de vista histórico, Usui incluyó este principio junto a los otros cuatro en su sistema de entrenamiento. Tras su experiencia espiritual en el monte Kurama, él descubrió los cinco enunciados que conforman el Gokai. Según relatos del Reiki tradicional, Usui explicaba a sus alumnos que repetir estas frases con convicción – mañana y noche – “mejoraría el cuerpo y el alma”. El autor del Centro RenaSer aclara que tras recitar los principios, los practicantes debían meditar. El precepto “Sólo por hoy, dejo de preocuparme” se coloca como la cuarta frase después de enfado y antes de gratitud. Usui instruía a sus alumnos a sentarse en posición de rezo (gassho) cada mañana y noche, pronunciar estas palabras en voz alta o en silencio, para integrar su sabiduría.
En muchas escuelas de Reiki se enfatiza que no basta con decir las palabras, sino vivir su significado. Usui insistía en que son kotodama – palabras con vibración espiritual – que deben pronunciarse en japonés para conservar su poder original. La práctica constante de estos principios cambiaba gradualmente la actitud de las personas, conectándolas con su esencia profunda y liberándolas de hábitos del ego, según explica el Instituto Valenciano. De este modo, el principio “no te preocupes” es heredero de una tradición que considera la preocupación como un mal hábito mental que enferma el alma.
Culturalmente, esta enseñanza conecta con antiguas verdades universales. En distintas tradiciones – budismo, taoísmo, textos espirituales contemporáneos – encontramos el mensaje de soltar la ansiedad sobre el futuro. Por ejemplo, el Evangelio de Mateo en la Biblia dice: “Así que no os afanéis por el mañana, porque el día de mañana traerá su propio afán”. De igual modo, la autora cristiana Corrie Ten Boom reflexionó que “la preocupación no vacía el mañana de sus penas, sino al hoy de su fuerza”. Estas ideas reflejan el mismo principio central: preocuparse por lo que vendrá sólo roba energía al presente. En el contexto oriental, el budismo zen enseñó el desapego de los pensamientos obsesivos, y el concepto hindú de ahimsa (no dañarse) se traduce también en no dañarse con la ansiedad. Así, “No te preocupes” es, en el fondo, un llamado universal a cultivar la confianza y la serenidad frente a lo incierto, una filosofía que atraviesa épocas y culturas.
Significado Profundo de “Solo por hoy, no te preocupes”
¿Qué implica en el día a día este principio? A primera vista, suena como una orden de “no pensar en las cosas malas”, pero va mucho más allá. “Shinpai suna” invita a comprender la naturaleza de la preocupación y a tomar distancia de ella. En palabras de un texto sobre Reiki: “¿Tiene algún beneficio la preocupación? Esta es una de las preguntas que se formula el Reiki”. La respuesta implícita del precepto es: cero beneficio, sólo dolor mental. Worry (preocuparse) es pensar en problemas que pueden ocurrir, pero que quizás nunca ocurran. Es “ocuparse” anticipadamente de algo fuera de nuestro control. Por eso el principio nos anima a esforzarnos “dando lo mejor de nosotros mismos” en lo que hacemos hoy, pero sin identificarnos ni angustiarnos con el resultado final.
En este contexto, es clave el concepto de desapego. Con frecuencia, la mente genera fantasías de catástrofe: “¿Y si fallo?”, “¿Y si me enfermo?”, “¿Qué dirán los demás?”, etc. El Reiki enseña que la mayoría de esos temores son limitaciones mentales autoimpuestas, sin fundamento en la realidad inmediata. Son como nubes pasajeras que debemos dejar pasar. Al practicar “solo por hoy”, nos damos permiso a soltar la ansiedad para comenzar el día con la mente más despejada. En lugar de “¿qué pasará?”, la pregunta real del Reiki es: “¿Qué puedo hacer hoy?”.
De hecho, el segundo principio señala que “ocúpate”, es decir, pon tu energía en las acciones presentes. Como explica el Instituto Valenciano: “Preocuparse significa ocuparse de algo que todavía no ha ocurrido… Si hay algo que podemos hacer, es poner todos nuestros pensamientos y energía para lograrlo. Hazlo lo mejor que puedas y desapégate del resultado final.”. Este fragmento destaca tres pasos claves: (1) analizar si está en tus manos; (2) actuar con responsabilidad si puedes influir; (3) soltar la expectativa si no. Aprender a diferenciar lo controlable (por ejemplo, prepararse bien para un examen) de lo incontrolable (el resultado final o la reacción del otro) es parte de aplicar “no te preocupes”.
Desde otro ángulo, el principio también nos invita a tomar conciencia de nuestros miedos subyacentes. El Centro RenaSer describe cómo la preocupación crónica suele ser “miedo a no saber”, al cambio o a la inseguridad. Muchas veces el origen real de la ansiedad es la falta de confianza en nosotros mismos o en la vida. Cuando se aprende a confiar en el propio camino – a aceptar que “todo ocurre para nuestro bien” en alguna medida – entonces las preocupaciones pierden importancia. En otras palabras, al conectar con la idea de que existe un orden o aprendizaje detrás de los acontecimientos, la mente se relaja. Esto no es “pasar la responsabilidad”, sino reconocer que no somos omnipotentes, que cada situación tiene variables fuera de nuestro alcance. Bajo esa luz, inquietarse de más “carece de sentido”.
En síntesis, el profundo significado de “Solo por hoy, no te preocupes” es liberar la mente de la autoimposición de sufrimiento anticipado. Es un convite a vivir en confianza y aceptación, centrándonos en el presente. Cada vez que se repite mentalmente esta frase, el practicante de Reiki recuerda: “pongo todo mi empeño hoy, pero suelto el resto. No necesito que mi mente fabrique escenarios negativos”. Así se cultiva una actitud de apertura: enfrentar las dificultades con compostura y soltar la tensión inútil antes de que incluso ocurra el percance. Incluso se dice que a nivel energético, preocupaciones pasadas o futuras pueden bloquear el flujo vital, mientras que soltar la ansiedad permite que la energía fluya libremente (esto lo veremos más adelante).
Es importante mencionar que “Solo por hoy” implica no juzgarnos duramente si surge la preocupación: cada persona tiene días difíciles. Lo que importa es tomar conciencia cada vez que la mente empieza a retroceder al futuro problemático, y redirigirla con compasión. Podemos verlo como un entrenamiento amable de la mente: al inicio puede costar, pero con práctica diaria (como recomendaba Usui), la mentalidad cambia poco a poco. Reconocer la preocupación al momento y soltarla permite que deje de controlarnos: “Una vez que aceptamos las preocupaciones, se les quita el poder y pueden ser sanadas y liberadas”. Este “desarme” de la ansiedad es esencial para la sanación integral que promueve el Reiki.
Aplicar “No te preocupes” en la vida diaria
Pasemos ahora a lo práctico: ¿cómo llevar este principio a la cotidianidad? El Reiki sugiere varios enfoques para trabajar activamente el “no preocuparse”. A continuación, se detallan ideas y ejercicios útiles:
Atención plena (mindfulness)
Vivir el presente es clave. Cuando notes pensamientos de preocupación, detente y trata de observarlos sin engancharte. Pregúntate: ¿Tengo evidencia de que pasará eso que temo? Muchas veces, como advierte el Reiki, “la mayoría de nuestros miedos y preocupaciones están solo en nuestra mente”. Actividades como la meditación mindfulness te entrenan en este arte de volver al ahora. Un ejercicio sencillo es concentrarte en la respiración durante unos minutos: inhala lentamente, exhala despacio, prestando atención a cada sensación. Esto te ancla al momento presente y reduce la carga mental. Con el tiempo, cada vez que empiece un mal pensamiento, habrás practicado detenerte y respirar.
Identificar lo controlable
Hazte la pregunta: ¿en qué parte de esto puedo actuar realmente? Si la respuesta es “sí”, entonces fija un plan de acción concreto para hacer lo mejor posible. Trabaja con compromiso (siguiendo el quinto principio, hacer lo que corresponde) y luego despréndete de la incertidumbre. Si la respuesta es “no” (por ejemplo, no puedo controlar el comportamiento ajeno o ciertos resultados), entonces decide conscientemente soltar el tema. Un método práctico es escribir una lista de preocupaciones y marcar cada punto “controllable” o “incontrolable”. Por ejemplo, si te inquieta un examen, el estudio es controlable y entra en tu acción, pero la nota exacta es incierta. Al marcarlo así, evitas gastar energía en lo que no depende de ti.
Respiración y relajación
Ante un estado de alarma, practica técnicas de respiración profunda. Un ejemplo es la respiración 4-7-8: inhala contando 4, mantén 7 segundos, exhala 8. Esto activa el sistema nervioso parasimpático, reduciendo la tensión física asociada al miedo. El texto de Silvaia sobre Reiki destaca que durante una sesión de Reiki los niveles de cortisol bajan y el cuerpo se relaja; de modo similar, una auto-sesión de respiración consciente puede simular ese efecto calmante. El simple acto de inhalar paz y exhalar preocupación repetidamente puede aliviar gran parte de la carga mental.
Mantras y afirmaciones positivas
Repetir frases alentadoras puede reprogramar la mente. Para este principio, el propio mantra “Shinpai suna” (no te preocupes) puede recitarse como afirmación en silencio. Además, puedes usar afirmaciones como “Confiaré en el proceso”, “Suelo cada día con calma” o “Todas mis necesidades se cubrirán”. La ley de la atracción, por ejemplo, sugiere que enfocarnos en lo positivo atrae energías semejantes, así que reemplazar pensamientos ansiosos por afirmaciones de confianza ayuda a alinear tu vibración con soluciones más que con problemas. Un ejercicio concreto: al despertar, antes de empezar la rutina, pronuncia tres veces en voz alta o mentalmente “Solo por hoy, todo está bien” o “Estoy a salvo y en paz” sosteniendo una intención de serenidad.
Visualización
Cierra los ojos e imagina que tus preocupaciones son globos que sueltas al cielo o hojas que lleva la corriente de un río. Visualízalas alejándose lentamente. Esta meditación creativa simboliza el acto de soltar: al visualizar la preocupación alejándose de ti, envías la señal a tu mente y cuerpo de que puedes relajarte. Muchos meditadores encuentran útil imaginar un color (por ejemplo, blanco o dorado) llenando su cuerpo con cada inhalación, y exhalando una nube oscura que representa la preocupación y que se disipa en el aire.
Escritura terapéutica
Llevar un diario de preocupaciones ayuda a desahogarse. Al anotar tus miedos y luego leerlos, es común que luzcan menos amenazantes. Algunas personas enumeran “peores escenarios” y luego analizan su probabilidad real, comprobando que la mayoría no ocurren. Luego, pueden anotar “al menos yo hice esto al respecto” y “qué puedo aprender de esto”, cambiando el enfoque hacia soluciones o aprendizajes. También conviene escribir una lista de gratitud (en línea con el tercer principio “Solo por hoy, soy agradecido”). Centrarte en aspectos positivos del presente puede contrarrestar la tendencia a preocuparse. Incluso una simple frase antes de dormir, como “Agradezco esto del día de hoy”, ancla la mente en la abundancia y reduce el terreno fértil de la ansiedad.
Auto-Reiki
Si ya practicas Reiki, una sesión de auto-tratamiento puede ayudar a liberar tensiones vinculadas a la preocupación. Coloca tus manos sobre el plexo solar (tercer chakra, justo debajo del esternón) o sobre el chakra raíz (en la base de la columna) mientras mentalizas “Shinpai suna” o alguna intención de soltar miedo. El Reiki permite canalizar energía sanadora donde notes bloqueo, facilitando el movimiento de la energía atascada por la ansiedad. Completa con unos minutos de meditación a la luz de una vela o con música suave. Algunos practicantes usan también piedras o cristales (por ejemplo, amuleto de “piedra de la preocupación”) para sostener el empeño de soltar mientras meditan.
Estos ejercicios ilustran cómo convertir el mensaje “No te preocupes” en acciones concretas. El objetivo es transformar una reacción automática (preocuparse) en una elección consciente (calmarse y actuar en lo posible). Gradualmente, con estas prácticas, se genera resiliencia: como observa Silvaia, quienes incorporan Reiki (o prácticas semejantes) a su rutina diaria notan que “su capacidad para manejar el estrés mejora significativamente”. En otras palabras, “no preocuparse” deja de ser sólo un lema mental y se convierte en un hábito de vida que potencia la salud emocional.
Meditaciones y Ejercicios Guiados
Para reforzar aún más este principio, proponemos algunas meditaciones y prácticas guiadas específicas:
Meditación de Nubes
Siéntate en postura cómoda. Con los ojos cerrados, imagina un cielo azul con nubes blancas. Al inhalar, siente que tu cuerpo se llena de la claridad del cielo; al exhalar, visualiza una nube oscura (tu preocupación) que se eleva y se diluye en el espacio. Repite varias rondas. Este simple ejercicio entrena la mente a observar los pensamientos ansiosos sin identificarse con ellos, permitiéndoles fluir fuera de tu conciencia como nubes pasajeras.
Escaneo Corporal con Reiki
Practica un auto-sesión breve. Inhala profundamente para relajarte. Luego coloca las manos (nunca dañes tu cuerpo) sobre la zona del plexo solar (centro de la energía personal) y canaliza Reiki hacia allí, visualizando que cualquier angustia interna se disuelve. Puedes ir subiendo a la garganta, tercer ojo o corazón, liberando presión en cada chakra. Con cada exhalación, susurra mentalmente “libero mis temores”. Está comprobado que la respiración consciente junto con la intención sanadora potencia la calma.
Yoga Suave para Soltar
Algunas posturas de yoga ayudan a liberar estrés del cuerpo y la mente. La Postura del Niño (Balasana), por ejemplo, relaja la espalda baja y calma el sistema nervioso. Sentado sobre tus talones, inclínate hacia adelante con la frente en el suelo y los brazos extendidos o hacia atrás. Respira profundo en esta forma y repite mentalmente “shinpai suna” con cada exhalación. Otra postura útil es la Postura del Árbol (Vrikshasana): de pie, coloca la planta de un pie en el muslo opuesto, concentrándote en la respiración. Este balance refuerza la sensación de enraizamiento y confianza – un antídoto natural contra la ansiedad, ya que estimula el chakra raíz (seguridad).
Meditación de Gratitud Consciente
Relacionado con el tercer principio del Reiki, esta meditación ayuda a redirigir la mente. Cierra los ojos e identifica tres cosas por las que estés agradecido ahora (puede ser sentir el viento en la cara, la sonrisa de un ser querido, la comida del día). Concéntrate en el sentimiento de gratitud asociándolo a tu respiración. Al practicar agradecimiento se activan redes cerebrales de bienestar, haciendo que las preocupaciones disminuyan su influencia. Como recomienda Silvaia, la gratitud “es el antídoto de la ira y de la preocupación”.
Dinámica de Liberación Emocional
Técnicas de liberación emocional (EFT o tapping) pueden complementar el principio. Toca suavemente con los dedos en puntos estratégicos de acupresión mientras repites frases como “aunque tengo estas preocupaciones, me acepto profunda y completamente”. Esto puede cortar rápidamente la intensidad del estrés. Aunque no es tradición Reiki, refleja la misma psicología positiva de soltar a nivel físico.
Relax Guiado con Aromaterapia
Combina la meditación con esencias calmantes (lavanda, bergamota o incienso). Prepara un espacio tranquilo, siéntate recostado o en silla cómoda, inhala conscientemente el aroma, cierra los ojos y repite mentalmente el mantra Reiki. Asociar un aroma con calma ayuda a que tu cerebro ancle esa sensación; con el tiempo, olerla puede recordarte soltar preocupaciones.
Estas técnicas, junto con la repetición consciente del principo, son herramientas concretas para practicar “No te preocupes”. La idea es que ante la ansiedad, tengas una “plan de acción” inmediato: detener el diálogo interno negativo, reconectar con la respiración o con la sensación del cuerpo, y reafirmar que el presente es suficiente. La constancia es la clave. Estudios de Reiki sugieren que los beneficios emocionales aparecen con la práctica regular. Cada vez que el hábito de preocuparte asome, recuerda: “sólo por hoy no me dejaré arrastrar por él”. Con el tiempo, tu mente se volverá más dócil, enfocándose en soluciones en lugar de problemas imaginados.
Energía, Chakras y Sanación
Una de las bases de Reiki es la energía vital universal (a menudo llamada Ki o Chi) que fluye a través de todos nosotros. Cuando este flujo se bloquea, notamos desequilibrios físicos o emocionales. La preocupación crónica es vista como una forma de energía estancada: genera tensión muscular, sobrecarga mental y desequilibrio en nuestro sistema energético. Por eso, el principio “no te preocupes” es también una orientación para sanar energéticamente.
Según los textos de Reiki, “el Reiki actúa directamente sobre los centros energéticos del cuerpo, conocidos como chakras, permitiendo que la energía fluya libremente y restablezca el equilibrio necesario para el bienestar”. Si observamos el mapa de chakras, notamos que la preocupación constante suele manifestarse en el chakra raíz (Muladhara) y en el chakra del plexo solar (Manipura). El chakra raíz gobierna la seguridad, la supervivencia y la confianza básica. Cuando está equilibrado, nos sentimos presentes y firmes; cuando está bloqueado, se experimenta ansiedad, miedo e inseguridad. De hecho, un chakra raíz hipoactivo puede producir “ansiedad y miedo – preocupación persistente por el futuro, la seguridad y las finanzas”. Esto encaja perfectamente con la esencia del segundo principio: enraizarse (“solo por hoy”) ayuda a liberar al chakra raíz de sus temores.
Por su parte, el chakra del plexo solar (tercer chakra) está asociado con nuestra voluntad y autoestima. Un plexo solar equilibrado genera confianza personal y determinación; pero el estrés y la sobrecarga emocional lo desequilibran, dando lugar a baja autoestima y pensamientos negativos. En esta zona es frecuente que notemos molestias físicas (como “nudos en el estómago”) cuando estamos ansiosos o preocupados. La escritura de Reiki enfatiza que “la práctica del Reiki permite entender cómo nuestras emociones y pensamientos afectan nuestra energía y salud”. Al liberar bloqueos en estos chakras con Reiki (y con prácticas afines), facilitamos un estado energético que disipa el miedo.
Por eso, cuando trabajamos el principio “no te preocupes” con Reiki, solemos enfocar la energía en esos centros. Por ejemplo, una auto-sesión de Reiki puede comenzar colocando las manos en el chakra plexo solar (ubicado en el área del plexo, entre ombligo y esternón) mientras respiramos profundo y mentalizamos “soltar miedo”. También puede pasarse energía por el chakra raíz (en la base de la columna) para arraigar seguridad. Mientras canalizamos Reiki, nuestro cuerpo puede liberar literalmente la tensión psicológica almacenada en estos centros. Muchos practicantes describen una sensación de “reinicio” o alivio emocional tras estas sesiones, como si el sistema energético hubiese descongestionado el bloqueo.
En un nivel más amplio, Reiki permite balancear todo el sistema energético, no sólo los chakras principales. Las sesiones de Reiki profesional (o la autotratación diaria) disuelven patrones negativos residuales: la energía negativa acumulada (fatiga, irritabilidad, tristeza) encuentra salida y se restablece la armonía interna. Esto tiene un efecto directo en el cuerpo físico: se reducen hormonas del estrés (como el cortisol), mejora la digestión y la respiración (ya que el diafragma puede relajarse más), y se alivia la presión arterial alta ligada a la ansiedad.
Beneficios energéticos específicos de soltar preocupaciones incluyen: una mayor claridad mental y concentración, al no consumir recursos mentales en pensamientos rumiativos; un mejor descanso nocturno (al no revivir mentalmente problemas); y una sensación de bienestar profundo y ligereza. Como resumen Silvaia en su artículo: los practicantes habituales experimentan “una mayor resiliencia emocional y una sensación general de equilibrio interior”, precisamente porque el flujo energético ya no se atasca en escenarios de miedo.
Podemos comparar el efecto de este principio con un sistema hidráulico: si dejamos que el agua (energía) circule, el tanque mantiene presión correcta; si el agua (energía) se estanca por bloqueos (preocupaciones), se sobrepresiona y daña las tuberías (el cuerpo y la mente). “No te preocupes” es la purga rutinaria que despeja las cañerías. Además, al sanar nuestros niveles de energía emocional, reforzamos el impacto de las demás prácticas de bienestar. Por ejemplo, una mente en calma amplifica los beneficios de la meditación, ya que mientras ésta pacifica la mente, el Reiki equilibra la energía física y emocional. La combinación genera una sinergia que promueve aún más paz interior y armonía.
Conexiones con Meditación, Yoga y Ley de Atracción
El principio Reiki de no preocuparse está íntimamente ligado a otras disciplinas holísticas que trabajan la mente y la energía:
Meditación y Mindfulness
Ya mencionamos la meditación como herramienta práctica. En general, la meditación budista y el mindfulness abordan directamente el problema de la preocupación. Enseñan a observar los pensamientos sin juzgarlos ni identificarse con ellos. Esto es exactamente lo que propone Shinpai suna desde el Reiki: no pelear contra los pensamientos ni ignorarlos, sino dejarlos pasar mientras volamos al momento presente. Integrar este precepto al meditar refuerza el aprendizaje de la atención plena. Al final de una sesión de meditación, es común que la ansiedad haya desaparecido – una prueba de cómo enfocarnos en el aquí y ahora lleva a liberar la tensión.
Yoga
Muchas posturas de yoga ayudan a encauzar la energía bloqueada asociada a la ansiedad. Por ejemplo, flexiones hacia adelante (Child’s pose) calman el sistema nervioso; torsiones suaves liberan la espalda baja (área emocional). El pranayama o respiración consciente del yoga es ideal para manejar la prisa mental: ejercicios como Nadi Shodhana (respiración alternada) equilibran los hemisferios cerebrales y reducen el “ruido” mental. De hecho, algunas escuelas integran el Reiki con Yoga, alternando asanas con técnicas de imposición de manos. Como destaca la misma fuente de Reiki, combinar prácticas (yoga + reiki, meditación) crea “un enfoque integrado para el bienestar”, donde la mente se serena y el cuerpo energiza en conjunto.
Chakras y energía
Ya hablamos de los chakras. Además de alinearlos con Reiki, la disciplina del Reiki Cristal o la Terapia con cuarzos suele complementar este principio usando piedras como el cuarzo amatista (calma la mente) o la piedra de la preocupación (amatista en forma de gota). Según la creencia popular, frotar una gema de “piedra de la preocupación” entre los dedos ayuda a disipar la ansiedad, un reflejo cultural de que la energía negativa se puede “extraer” físicamente. Sea o no científica, la práctica apunta al mismo objetivo: transferir la atención de la preocupación a una sensación de alivio.
Ley de la Atracción
Esta filosofía contemporánea sostiene que nuestros pensamientos y emociones envían vibraciones al Universo, atrayendo circunstancias afines. En este marco, preocuparse implica enviar vibraciones de miedo, lo cual atrae más situaciones para temer (un ciclo negativo). Aplicar “no te preocupes” desde la perspectiva de la ley de la atracción significa reemplazar esas vibraciones por confianza y gratitud. Cuando centramos la mente en resultados positivos y agradecemos lo que ya tenemos, cambiamos nuestro campo energético. Aunque la ley de atracción no es una ciencia, muchas personas han comprobado que la actitud de confiar en el flujo de la vida (en lugar de luchar contra él con ansiedad) suele conducir a mejores experiencias. De hecho, los mismos textos Reiki hablan de confianza: “si no es posible, confía en que el resultado será lo mejor para todo el mundo”, un concepto muy similar al de “dejar que el universo lo resuelva a su manera”.
Otras tradiciones espirituales
En el budismo zen, por ejemplo, se practica el desapego de los pensamientos egoicos para alcanzar la iluminación. El sabio zen Thich Nhat Hanh y otros maestros enseñan frases como “no tienes que vencer tus pensamientos; solo deja que vayan y vengan”. Esta idea refleja directamente el principio Reiki: en lugar de resistir o alimentar las preocupaciones, simplemente observarlas desvanecerse. Incluso en el hinduismo se encuentra el mantra “Aham Prema” o similar que recuerda el amor y la paz interna. Estas conexiones muestran que la recomendación “no te preocupes” ha sido un hilo común en muchas escuelas de sabiduría.
En síntesis, “Solo por hoy, no te preocupes” no es un mandamiento aislado, sino una pieza de un entramado integral de prácticas y creencias destinadas a la sanación holística. Meditación, yoga, trabajo con chakras, e incluso enfoques de psicología positiva encajan con esta enseñanza. Por ejemplo, el actitud de gratitud y compasión que propone el Reiki (ver su tercer y cuarto principios) potencia el efecto de no preocuparse, porque una mente agradecida no se enfoca tanto en carencias futuras. En el fondo, se trata de sintonizar con una vibración interna de confianza y amor, en lugar de miedo; y todas estas disciplinas apuntan a ello, cada una con su lenguaje.
Ejemplos Prácticos y Beneficios
Para ilustrar, veamos un par de escenarios cotidianos donde aplicar “No te preocupes” puede marcar la diferencia:
Examen importante
Supongamos que tienes una prueba académica al día siguiente y empiezas a preocuparte (“¿y si me olvido todo?”). El principio te invita a enfocar la energía en estudiar de manera efectiva hoy, sin obsesionarte con el resultado. Es decir, revisa el temario con confianza, haz un breve repaso, y luego entrega el control. Cada vez que tu mente comience a imaginar el “poco común” resultado negativo, respira profundo y repite mentalmente “solo por hoy, no tengo por qué preocuparme” (o “haré lo mejor que pueda”). Así cambias el ciclo: de ansiedad paralizante a esfuerzo consciente más calma. Este cambio no solo reduce el estrés que nubla la memoria, sino que al descansar bien la noche antes mejorarás el rendimiento. Estudios de Reiki han observado que al trabajar los chakras del estudiante antes de un examen se reduce su ansiedad y mejora su concentración.
Problemas de salud
Si recibes resultados médicos inesperados, es normal sentir miedo. El Reiki no te pide que niegues la emoción, sino que la canalices positivamente. Por ejemplo, si tu médico te informa de una afección menor, toma acción dentro de tus posibilidades (prepara una receta o ejercicio sugerido) y deja de fantasear con futuros peores diagnósticos. En su lugar, puedes meditar visualizando salud y bienestar, apoyarte en sesiones de Reiki para sanar el cuerpo y la mente, y delegar la ansiedad. La práctica de agradecimiento por la salud que sí tienes refuerza el efecto. Con el tiempo, adoptar este enfoque suele traducirse en una recuperación más armónica, porque el estrés físico disminuye. De hecho, algunos hospitales que integran Reiki en el tratamiento observan pacientes con menor ansiedad y menos efectos secundarios tras cirugías, lo cual evidencia los beneficios de no sobrecargar la mente en momentos frágiles.
Beneficios concretos de aplicar este principio a diario incluyen:
- Paz interior y menor estrés: Al dejar de anticipar lo peor, el sistema nervioso se relaja. Estudios muestran que el simple acto de repetir afirmaciones positivas disminuye la activación del cerebro reptiliano asociada al miedo, promoviendo la calma.
- Mejor salud mental: Se atenúa la ansiedad crónica y sus síntomas (insomnio, irritabilidad, tensión muscular). El Reiki en general está vinculado a niveles más bajos de ansiedad reportada por pacientes.
- Mayor claridad y enfoque: Liberarte de la preocupación libera “espacio mental”. Como dice Silvaia, muchos experimentan “una mayor claridad mental y capacidad de análisis” tras una sesión, permitiendo ver soluciones que antes pasaban desapercibidas.
- Resiliencia y confianza: Con la práctica, aprendes a confiar en ti y en el proceso de la vida. Cada desafío se vive con más presencia que con ansiedad futura. Esta fortaleza interna se traduce en un sentido de propósito renovado.
- Mejor calidad de vida: Menos preocupación implica más disfrute del día a día. Vivir el presente sencillamente aumenta la gratificación de las pequeñas cosas: una conversación con un amigo, la belleza de la naturaleza, o simplemente el latido tranquilo de tu corazón.
En resumen, soltar el hábito de preocuparse transforma tu día. Como reflexión inspiradora, recuerda las palabras de Ten Boom: “La preocupación no vacía mañana de sus problemas, sino al hoy de su fuerza”. Cada día solo necesita su propio combate, y tú puedes afrontarlo con mayor energía cuando no te has debilitado antes de tiempo. Al final, el beneficio supremo es alinearse con la energía creadora del bienestar: el Reiki enseña que al liberar la ansiedad abrimos espacio para la sanación, el amor y la sabiduría.
Conclusión y Llamado Inspirador
“Solo por hoy, no te preocupes” es una invitación amorosa a soltar el temor que contamina nuestra vitalidad. No es un mandato restrictivo, sino un bálsamo para el alma. Al integrarlo en tu vida, descubres que la paz y la energía fluyen en su estado natural, y que los problemas parecen menos abrumadores.
Te animamos a practicar este principio de manera constante. Cada mañana, repítete: “Solo por hoy, mi mente se enfoca en el presente. Suelto mis miedos en el aire”. Observa cómo con el tiempo tus pasos se hacen más ligeros. Experimenta ejercicios simples (respiraciones profundas, escritura, auto-Reiki) e integra la meditación diaria. Comparte este aprendizaje con personas queridas: juntos pueden practicar sesiones breves de Reiki o charlar sobre las sensaciones que surjan.
Recuerda que la vida es hoy; mañana traerá lo que tenga que traer. Mientras tanto, tú camina con serenidad. Como escritor japonés Robin S. Sharma expresó: “La preocupación es el uso de la imaginación para crear algo que no quieres”. En su lugar, crea la imagen de la paz. Confía en tu fuerza interior, en tu capacidad de adaptación y en ese apoyo invisible que algunos llaman “universo”, “Dios” o simplemente flujo de la vida.
En tu camino de sanación y crecimiento personal, este segundo principio del Reiki puede ser una luz guía. Aprovecha su sabiduría atemporal, aplícala en tu energía diaria, y observa cómo renace la gracia de cada día. ¡Solo por hoy, vive sin preocupaciones y recibe toda la armonía que mereces!
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